El Santa Cruz se alza con la victoria en el derbi oleirense ante el Obrero, y consigue 3 valiosos puntos en un partido intenso y disputado,  pero en el que la calidad y el toque brillaron por su ausencia.

17 puntos separaban a ambos equipos en el inicio del partido, pero los pupilos de Pablo Roca salieron enchufados desde el primer minuto, con la intención de demostrar que la diferencia entra ambos conjuntos no era tan grande.

El Obrero desde el inicio optó por el balón largo como arma, con la intención de aprovecharse del poderío aéreo de su delantera, pero la defensa de 3 , junto con Nano en la portería, estuvieron inexpugnables en todo momento..

El Santa Cruz se encontraba cómodamente situado en el terreno de juego,  con 4 mediocampistas, ayudados por un Gizmo muy luchador,  que cortaban todo balón que les llegaba por el medio, llevándolo rapidamente hacia las bandas, con la intención de aprovechar la velocidad de Luisete y Vidal.

Después de unos primeros minutos de tanteo, el Santa Cruz aumentó el ritmo, y fruto de esa mayor intensidad llegaron las mejores oportunidades, mediante una buena presión en tres cuartos de campo. En una de esas jugadas, tras un córner botado por Luisete, Cristian recoge un rechace y con la izquierda introduce el balón en la mallas.

A partir de ese momento el Obrero se fue hacia arriba, creando peligro con segundas jugadas tras balones en largo, llegando a mandar un cabezazo al travesaño. Pero los locales no se amilanaron y siguieron a lo suyo, gozando de varias oportunidades para aumentar el marcador, teniendo Vidal la mejor de ellas, tras un robo a uno de los centrales, pero su volea se marchó alta.

Hasta el descanso, poco más. Algunos saques de esquina sin peligro del Obrero y un Santa que se dedicó a aguantar hasta el intermedio.

Tras la reanudación, los visitantes salieron dispuestos a lograr la igualada. Ello obligó a los locales a ponerse el mono de trabajo, y lograron evitar el empate de los de Oleiros. Aún así, el Obrero gozó de varias oportunidades, sobretodo un claro mano a mano, pero Nano, impecable durante todo el partido,  pudo evitar el gol.

Durante uno de esos ataques, el mediocampo azulgrana consigue robar un balón, que tras una rápida transición, acaba en las botas de Novo,  que consigue el 2-0 tras un buen disparo raso. Muy felices se las prometían entonces los de Pablo Roca, pero un penalti cometido durante un barullo en el área, permitió al Obrero abrir su marcador.

De ahí hasta el final, el marcador no se movió más, a pesar de tener los dos conjuntos varias oportunidades claras. , pero la falta de puntería de los arietes impidió que se moviera el 2-1 final.

ALINEACIÓN:

CAMBIOS: 

Mei por Víctor en el 60′

Juan Carlos por Luisete en el 70′

Temprano por Alberto «Rebo» en el 75′

 

Los Cracks! Gizmo: Lucha y calidad a partes iguales. Impresionante partido del mediapunta.

Novo: Partidazo del hoy lateral, que se comió su banda; además redondeo su actuación con un gol decisivo.

El duro.  Sin calificar. Muy buen comportamiento de ambos conjuntos, sin perderse en guerrillas y peleas. Buen arbitraje, a pesar de los precedentes del colegiado con ambos equipos.

El dandy. Nano: partidazo del portero sadense, muy seguro en todo momento. Vital en un mano a mano y en un remate de los oleirenses que iba a la escuadra.

Vaya día!. La delantera: Mal partido de cara a puerta de los dos delanteros de Pablo Roca, muy imprecisos con el balón en los pies. Aún así, realizaron un gran trabajo de  lucha y de desgaste, con varios robos y una buena presión sobre la defensa del Obrero.

 

LO MEJOR:

Siguen sin notarse las múltiples bajas.

El oficio del equipo, que ha aprendido a sufrir y a sacar adelante partidos que antes se decantaban del lado rival.

La rica merienda ofrecida por la utillera y camarera del Bochinche, María Roca.

 

LO PEOR:

Expulsión de Jacobo desde el banquillo, primero por un malentendido con el árbitro y luego por protestas airadas fruto de los nervios.

Un penalti claro que puso las cosas difíciles y algunas faltas tontas.

Falta de gol o de puntería para materializar las múltiples ocasiones.

Momentos de tensión y de alguna palabra más alta que otra entre compañeros.